Quisiera
comenzar mi andadura en este blog con una película muy interesante llamada
“Memento”, protagonizada por Guy Pierce, Carrie-Anne Moss y Joe Pantoliano.
Un poco de argumento para abrir boca:
Un tipo que se
despierta en una habitación de motel de mala muerte sufre una enfermedad
curiosa al tiempo que aterradora: no recuerda quién es, ni qué es de su vida.
Todo lo que hay más allá de un corto espacio de tiempo no puede ser recordado,
por lo que cada día que se levanta de la cama es como si fuera el primero. Sin
embargo, recuerda todo lo que pasó en su vida hasta la violación y asesinato de
su mujer. Para poder tener una idea de quién es, cuál es su vida en la
actualidad y vengar la muerte de su mujer, se tatúa en el cuerpo aquello que
considera más importante, al tiempo que hace uso de un montón de notas, fotos y
post-its con los que lo llena todo y que le permiten dar sentido a su vida.
Así da comienzo una extraña película en la que asistiremos
a los hechos por los cuales se ha llegado al punto en el que el protagonista se
encuentra. Y es que el principio de la película es más o menos el final,
mientras que el resto son una sucesión de “flashbacks” de unos diez minutos de
duración cada uno que se corresponden con la vida del protagonista pero
colocados en sentido contrario al orden cronológico. Con esto se consiguen dos
cosas: marear al espectador de mala manera, porque estamos viendo la película
al revés, y el final de cada fragmento de la misma es justo el inicio del
fragmento anterior, y llegar a lo interesante: saber el porqué de las cosas, la
historia de nuestro protagonista y lo que le sucedió para convertirse en quien
es ahora.
Desde mi punto de vista, y a pesar de lo
desconcertante/irritante que se hace en un principio, cuando no sabemos de qué
va todo y el porqué de los saltos en el tiempo, se trata de una muy buena
película, que va más allá de presentarnos una historia curiosa y que nos hace
replantearnos muchas cosas de la vida y la forma en que nosotros la vivimos, y
que desde luego no deja a nadie indiferente.
En cuanto al desarrollo de los acontecimientos, de haberse
hecho la película en orden cronológico muy probablemente no tuviese el valor
que se le da, porque la historia sería algo menos interesante. Y es que desde
principio a fin el espectador ha de esforzarse por comprender lo que está
sucediendo, relacionándolo con lo que ya se ha visto minutos antes pero
teniendo en cuenta que lo que vimos antes es lo que pasó después, por lo que es
mejor estar atentos y no perdernos detalles o nos haremos un lío tremendo.
Y por si fuera poco, la película
juega casi desde el principio con la posibilidad de que no todos sean como
parecen. Muchos personajes parecen ser de una forma, luego todo indica que son
de otra, y finalmente acabamos que ya no se sabe quién es bueno, quién es malo
y quién va a ser capaz de desenredar todo esto. Y tal cosa a mí me encanta.
Por último, en cuanto a interpretaciones se refiere, sólo
puedo decir que son estupendas. Tanto el protagonista en su papel de
desmemoriado como los secundarios que lo rodean lo bordan, hasta el punto de no
dejar de desconcertarnos ni un solo instante, lo que tiene mucho mérito.
Desde mi punto de vista se trata de una película que si
bien puede gustar o amargar (según la paciencia que tengamos) no deberíamos
pasarla por alto, tanto por su curiosa forma como por su mensaje.
0 comentarios:
Publicar un comentario